Tras las elecciones generales del pasado 20 de noviembre, y habiendo recibido el Partido Socialista una derrota histórica; es el momento de que éste, ponga un punto y aparte, comience el camino por la «misma senda» pero «transformándose» y emprendiendo una «nueva etapa»
Sé que much@s diréis: ¿Cómo puede el partido socialista poner un punto y aparte siguiendo por la misma senda ? ¿transformarse sin dejar el camino?
Pues bien, debe de haber un antes y un después , los tiempos han cambiado, el partido socialista debe dejar de mirar hacia atrás para poder mirar al futuro, pero sin dejar la «senda» de la ideología socialista que su fundador Pablo Iglesias transmitió y de la que en los últimos años el partido socialista se ha alejado, quizás, forzado por la situación de crisis económica mundial.
Debe transformar su estructura orgánica en una estructura representativa de toda la ciudadanía y emprender así una nueva etapa renovadora del partido socialista.
La perdida de militancia y el desapego de las que aún la mantiene es notable y debe hacer reflexionar a sus dirigentes.
No obstante, no debemos dejarnos engañar por los datos finales, debemos analizar un poco más allá, el Partido Popular no ha triunfado en estas elecciones porque haya recibido una gran mayoría de votos, una vez más se demuestra que el voto de derechas es fiel, y que los jóvenes desencantados han apostado por un cambio político.
El gran «problema» y «orgullo» a la vez, es que el electorado de izquierda, el electorado progresista es muy crítico, y cuando no está de acuerdo con el partido que lo representa, decide castigarlo, mediante la abstención, en blanco, nulo o incluso votando a otros partidos de izquierdas.
PP
2008 10.278.010 154
2011 10.830.693 186
+ 552.683 + 32
Lo lógico y aplicando una sencilla regla de tres, hubiera sido que el partido popular con respecto al número de votos aumentado, hubiera obtenido 8 diputados más y no 32.
PSOE
2008 11.289.335 169
2011 6.973.880 110
– 4.315.455 – 59
Lo lógico y aplicando sencilla regla de tres, hubiera sido que el partido socialista con respecto al número de votos perdidos, hubiera obtenido 64 diputados menos y no 59.
Aunque la regla a aplicar debiera ser más compleja, ya que habría que tomar en consideración el reparto según el número total de escaños a repartir, como se puede comprobar la perdida de voto socialista es demasiado elevada y requiere un análisis profundo y medidas urgentes que realmente se adecuen a los tiempos y a los intereses de l@s ciudadan@s, medidas que sean tomadas mediante la escucha activa de la militancia.
Pero tan bien y tras los últimos resultados electorales se pone en jaque al actual sistema electoral, ya que no es comprensible que:
- IU con 1.680.810 votantes obtenga 11 diputados, mientras CIU con 1.014.263 votantes obtiene 16 (5 diputados más y 666.547 votos menos)
- UPyD con 1.140.242 votantes obtenga 5 diputados, mientras CIU con 1.014.263 votantes obtiene 16 (11 diputados más y 125.979 votos menos) o AMAIUR con 333.268 votantes obtiene 7 (2 diputados más y 806.974 votos menos)
Estos son solo algunos ejemplos de la discriminación del voto del sistema electoral actual, que en su momento tuvo su significado y estaba suficientemente argumentado, pero que con el paso de los años y la madurez de la democracia, estos argumentos han quedado obsoletos y requieren un cambio profundo y más justo.
Hoy comenzamos un nuevo tiempo, una nueva etapa en la vida política y personal de todos los Españoles y Españolas, una nueva etapa dura, muy difícil que requiere el compromiso y el trabajo de todos y todas para poder seguir transformando nuestra sociedad en igualdad entre hombres y mujeres.